Andrea Noriega ya tenía una cuenta pública en TikTok para cuando se fue de viaje de promoción. En esa ocasión fue que, como un juego, empezó a hacer coreografías con sus amigas del colegio hasta que, poco a poco, esos videos le hicieron ganar un número cada vez más alto de seguidores que, hasta la fecha, suman más de 54.000. Ahora las épocas del colegio están lejanas.
Andrea tiene 18 años y, aunque no se considera una experimentada en el mundo del modelaje, sí tiene bastante autoridad para hablar desde su posición de influencer, las dos ocupaciones que copan su tiempo junto con sus estudios universitarios, su familia, sus amigos y su novio. “Los videos que hice al principio se volvieron virales y las marcas me llamaron para hacer contenido con ellas. Cuando empecé, me encantó, me encantaba el mundo de trabajar con marcas y eso empezó recién el año pasado. Todo lo disfruto porque es algo que me parece demasiado chévere”, dice Andrea.
“Los videos le hicieron ganar un número cada vez más alto de seguidores que, hasta la fecha, suman más de 54.000”
MUJER DE FAMILIA
Ella también tiene una cuenta en Instagram con más de 31.000 seguidores. Y aunque tiene claro que debe poner todo su esfuerzo en la carrera de Administración que sigue en la Universidad de Lima, confiesa que en este verano ha sentido que el tiempo que no ocupa en los estudios la ha acercado más a su faceta de influencer y modelo, la que “no se ve dejándola por ahora, o quizá nunca”.
En este entusiasta panorama su familia juega un papel fundamental, pues vive aún con sus padres, aunque calcula que el día en que se tenga que ir de la casa familiar “será uno de los más tristes de su vida”. “Con mi familia tengo un vínculo demasiado fuerte. Mi papá es mi mejor amigo, siempre fue mi inspiración y por eso estudio la carrera que estudio, porque mi papá es economista y siempre me enseñó lo que es el mundo de los negocios, el marketing. Él me ayuda un montón y me felicita como nadie en el planeta”, cuenta Andrea.
La mamá de Andrea no se queda atrás, pues es la que ayuda en las tareas de las sesiones de fotos, al igual que su novio. Sus hermanos están más que contentos con que les regale alguno de los productos que promociona, cuenta Andrea entre risas.